El arte en acción

Quién se informó sobre el resultado de los Fondart en la primera región, puede ver de inmediato la sorprendente diferencia entre la cantidad de proyectos beneficiados en Iquique, versus los entregados en Arica, cuya aproximación es de 70 contra un 30 por ciento. Las razones y explicaciones que se esgrimen entre los ariqueños que no accedieron a los fondos son muchas y van desde que los jurados en su mayoría eran de Iquique, hasta una suerte de redes de influencia que los perjudicaron; pero sea lo uno o sea lo otro, lo importante tomar esta situación para ejecutar medidas que permitan a los artistas ariqueños acceder a más beneficios el próximo año.
Claro que no se trata de solicitar una especie de reparación moral y monetaria para el gremio cultural de la zona, ni tampoco que en los próximos concursos se actué bajo la premisa de la discriminación positiva para el beneficio de los ariqueños. La acción, por tanto, debe trascender a los subsidios y pedir que se les enseñe a pescar y no conformarse con el pescado. Para ello se puede repetir la experiencia que el 2003 llevó a cabo la Corporación de Desarrollo de Arica y Parinacota, cuando realizó las clínicas de gestión cultural, en la cual se capacitó a una gran cantidad de agentes artísticos de ambas provincias en la formación de proyectos culturales.
Hoy la urgencia es la misma, pero no se debe esperar que venga de organismos establecidos, sino de los mismos artistas que actuando en conjunto puedan construir redes y buscar los canales para acceder a otros fondos y transformarse en verdaderos gestores culturales.