Aún Soy Un Detenido Desaparecido
Y no alcancé a disfrutar la alegría de ser padre. Pasaron tres años para conseguir con mi esposa concebir a nuestra María Victoria, que fue salvada de la muerte y entregada a su abuela materna. Pero aún no la conozco.
De Córdoba me fui a la Sierra, en búsqueda de la calma no encontré sosiego. Mi oficio de comerciante y mi pequeña farmacia no alcanzaron para protegerme de la dictadura. Mi mujer, asistente social tampoco se salvo de ello.
Nuestro trabajo en una organización social poniendo techos en barrios de obreros y el pensamiento ajeno a la dictadura nos pasaron la cuenta.
Y ya creo que morí, así lo han dicho, así lo han querido hacer saber. Y mi mujer también creo que murió, su destino estaba escrito al momento del parto y los diálogos que hablaban de una sobredosis de anestesia o una inyección de aire después de dar a luz.
Desaparecí joven, en medio de la alegría de ser padre, en el amor de mi mujer.
Desaparecí en la sierra.
Desaparecí en 1977, un año antes que yo naciera.
"Escribí esto en AtinaChile al cumplirse otro año más del inicio de la dictadura en Argentina.
Unas palabras para no olvidar, en recuerdo de MI TOCAYO de nombre y apellido …que nunca hizo daño y que partió a la sierra”.