lunes, febrero 16, 2009

Espera


Frente a un computador en un ciber esperando que pasen las horas y tomar el bus rumbo a Arica. Antofagasta de noche y el verano no da tregua. Calor y ventiladores en la armonía de un equilibrio que a este lugar no alcanza y el viento desaparece antes de tocarme.

Aún espero.

Falta casi una hora. Estoy cansado. Me doy una licencia y me apuro en escribir en mi blog, como si fuera un lienzo personal, un papel que dejaré guardado, pero no en la intimidad del momento, sino en lo público de lo que me resulta este espacio privado.

Aun espero.

Cruzaré el desierto de noche. Quizás vea algunos pueblos con sus luces amarillas que se muestran mezquinos en la orilla del camino.

Ya falta menos

y aun espero.

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