A n t u c o
Va un año desde aquel dolor en mi garganta provocado por ese nudo que aprieta demasiado fuerte y que se apoderó de mi cuello, del de mi vecina acá en el norte, de mis amigos del sur, de los que no conozco en el centro y de mi Chile entero al ver tanta muerte reunida.
Es que la cordillera se los tragó, les nubló la mirada, les detuvo su paso y los arrulló en el silencio de su juventud, forzada a caminar hacia la muerte cuando la irresponsabilidad de aquellos que ostentan poder ordenan y no piensan, obligan y no miden, mandan y no sienten, y sin reparar en el otro, en el semejante, en el compatriota, hacen que sus órdenes se transformen en un cuchillo que atraviesa silencioso la dignidad de un ser humano. Pero que esta vez la estocada cruzó más allá del orgullo y se alojó en el corazón de los más de 40 que murieron en las alturas de esa nieve enfurecida.
Que miseria...
Que miseria...
Que horrible y que miseria...
Y que larga debió ser la espera en el gimnasio de ese Regimiento, mientras Antuco pasaba a la historia, tan largo como este año cuando aun continúan esperando para entender el porqué de la tragedia.
Antuco a un año...
Antuco de los otoños más bravos.
Es que la cordillera se los tragó, les nubló la mirada, les detuvo su paso y los arrulló en el silencio de su juventud, forzada a caminar hacia la muerte cuando la irresponsabilidad de aquellos que ostentan poder ordenan y no piensan, obligan y no miden, mandan y no sienten, y sin reparar en el otro, en el semejante, en el compatriota, hacen que sus órdenes se transformen en un cuchillo que atraviesa silencioso la dignidad de un ser humano. Pero que esta vez la estocada cruzó más allá del orgullo y se alojó en el corazón de los más de 40 que murieron en las alturas de esa nieve enfurecida.
Que miseria...
Que miseria...
Que horrible y que miseria...
Y que larga debió ser la espera en el gimnasio de ese Regimiento, mientras Antuco pasaba a la historia, tan largo como este año cuando aun continúan esperando para entender el porqué de la tragedia.
Antuco a un año...
Antuco de los otoños más bravos.
3 comentarios:
POr aqui, amigo, siguiendo en la lucha, es impresionente como algunos olvidan rapidamente los hechos que nos enlutaron, menos mal que aun hay conciencia en algunos
Estaba en el Cine de Iquique viendo la película "Mi Mejor Enemigo", cuando se supo esta noticia. Salí del cine, fui a caminar por Cavancha y escuchando Radio, fue cuando me emocioné con el llanto desconsalo de una madre que había perdido a su hijo en esa "Guerra" tonta que se invientan los Milicos cuando van a sus campañas.
es demasiado doloroso el recordar ..el revivir
se siente un dolor en el pecho todas esas vidas jovenes truncadas...
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