lunes, agosto 30, 2010

Los grandes medios están en huelga de hambre


Algo pasó, que los medios de comunicación quisieron ayunar. Cerraron sus bocas, no para evitar el alimento, sino que para no hablar más. Para guardar un extraño silencio. Una molesta omisión. Ayunan.

Centran sus energías en situaciones dramáticas, que nos remueven y nos pone a todos bajo la misma mirada y espíritu. Pero ante lo otro guardan silencio, como si eso otro fuera a desviar la atención. Parece que eso otro les molesta. Mejor escribiré y leeré en voz baja para no molestarlos y sacarlos de su obsesión de guardar silencio. Ayunan.

El sur está quieto, muy quieto. El sur ni siquiera come. El sur parece que dejará de respirar. Por eso los medios también permanecen quietos. No se mueven, menos se conmueven. La piel es muy oscura para que brille con el flash y los focos de las cámaras. Además de oscura está quieta, muy quieta, tanto que los aburre. El sur está quieto, por eso ayunan.

Y qué más da, si ya van por los dos meses y siguen ahí. Está vez no está la piedra, ni el fuego que vale más para la pantalla que el hambre prolongado. Esta vez la violencia viene de los medios. Viene de arsenal de información que los excluye, que los segrega a un breve, a una glosa o a un después de comerciales que nunca llega. Esta vez ellos no gritan. Por eso los medios solidarizan guardando silencio. Solidarizan ayunando. Ayunan.


Qué pasó con la pauta. Está muy llena. Está satisfecha de huelgas, de reclamos y de exigencias chilenas. Valen más las protestas extranjeras, le dan más glamour a la crónica que la pataleta de un grupo de chilenitos que vive en el sur, más abajo del Bío Bío. Total qué son casi dos meses en huelga de hambre. Solo un par de días. Solo 32 personas. Ayunan.


Me rebelo ante el silencio miserable de los grandes medios que no informan. Ese silencio vomitivo no merece más que mi desprecio. Me rebelo y entrego mi apoyo a los presos mapuches. Digo no a la aplicación de la ley antiterrorista. Y digo no al bloqueo comunicacional frente a ellos. Me rebelo. No ayuno.

miércoles, agosto 25, 2010

Accionando


De pronto me puse en pause.

Silencio.

Luz. No hay movimiento, la micro no pasó por esta esquina. Mañana tampoco lo hará. La luz del poste permanece en amarillo. Yo solo observo desde la escalera.

De pronto me puse en play.

Sonido.

Colores. Alguien se mueve en la vereda. El semáforo prendió amarillo, verde, rojo, azul y fuccia. El paradero ya no está vacío. Ya no estoy en la escalera.

De pronto me puse en rec.

Espíritu.

Espacio. Me muevo en la micro, me ilumino del poste de la luz amarilla. El frío en la calle, el vaho en la ventana juega con los colores del semáforo. Me bajo en la esquina. Me siento en el paradero. La escalera ya no está. Se quedó lejos.

miércoles, agosto 04, 2010

Hachiko... la espera con el nudo en la garganta


En mi vida siempre he amado a los perros. Tengo uno en Arica y siempre me han acompañado de una u otra forma. Sin temor me acerco, los acaricio, me aceptan o me muerden... me da igual, los seguiré haciendo. Por eso la cinta "Siempre a mi lado" (Hachiko: A dog's story) que cuenta la historia de Hachiko, un perro Akita y su fidelidad infinita hacia su amo, me trajo varias lágrimas y un nudo fuerte en la garganta.

Basada en una historia real ocurrida en Tokio, en los años 20 y remake de la cinta japonesa de 1988 Hachiko monogatari (
aquí está en Youtube veánla está subtitulada en español), muestra como el cariño y lealtad de un animal trasciende de la muerte.

Más allá de la cinta, es la historia verdadera en la que reparo.


Me detengo en Hachi ko, el perro y héroe del que hoy, 70 años después de su muerte, seguimos hablando. Legado que se recoge de su lealtad, pues diariamente acompañó a su amo (un profesor universitario) a la estación de trenes y que cada tarde, puntualmente lo esperó a su regreso. Regreso que se trunca con la muerte del maestro en su trabajo; pero espera que continúa fiel cada día en la estación.
Es así que el perro regresa puntualmente mirando los trenes llegar durante los nueve años más que tuvo de vida. Hizo de la estación su espacio, de los pasajeros sus compañeros y de su historia un símbolo de lealtad en Japón, y que se inmortalizó con una escultura del perro alzada cuando Hachiko aun estaba vivo.


La cinta la recomiendo para conocer (desde la mirada y fantasía adicional de un trabajo made in Hollywood) la historia de Hachi, el perro héroe. Cinta, que repito, no deja de conmoverme y soltar mas de una lágrima, más aun con la mirada del perro y su andar diario en espera de quien él escogió.


Trailer de Siempre a tu lado




Trailer Hachiko Monogatari

domingo, agosto 01, 2010

"Abuela Grillo" Corto boliviano excepcional

Una amiga, Leyla, colega y activa ciudadana en la lucha por los derechos de nuestra patria, me envió este corto boliviano-danes, llamado La Abuela Grillo. Es una animación hermosa, llena de colores, música increible y una historia que conmueve. Como dice su dedicatoria "para todos los que lucharon y siguen luchando por los derechos del agua".